Mujer, inicia con objetivos pequeños
¿Alguna vez te has preguntado si es mejor empezar con metas pequeñas en vez de metas grandes?
Cada uno tiene sus objetivos, por ejemplo, comprar una casa, viajar a un cierto lugar, el trabajo ideal, la carrera universitaria en la universidad que siempre se ha querido, una familia; o desarrollar un nuevo hábito como el de la lectura.
Todos los objetivos son nobles, y diría yo necesarios, porque nos da un horizonte o una guia, que nos ayudan a orientarnos y lograr algo bueno que nos hace felices.
Pero, ¿a veces no te ha pasado que no logras llegar a ese objetivo en específico?.
Te has preguntado alguna vez si sería mejor empezar con objetivos pequeños para poder llegar a ese objetivo más grande.
Algo que siempre me ha gustado del libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” de Stephen Covey, es que, al final de cada capítulo tiene un apartado que dice “pasos de bebé”, que ayudan al lector a poner en práctica la teoría del capítulo apenas leído.
El objetivo de este apartado, es que la persona empiece con pasos pequeños, o dicho de otra manera, con objetivos pequeños.
Cuando nos proponemos un objetivo a veces nos podemos sentir abrumados, porque a lo mejor es un objetivo grande, a largo plazo, que necesita primero tener unos objetivos pequeños. Y esto no siempre se hace.
Se tiene la costumbre de proponernos objetivos sin tener en cuenta que también hay ciertos objetivos pequeños que nos ayudan a lograr aquel grande. Y le pido que me disuculpe por la redundancia.
Daré un ejemplo banal.
Un objetivo a largo plazo puede ser la carrera universitaria, pero antes de lograr tener el título, se necesitan objetivos pequeños: asistir a clases, tomar apuntes, un horario para especificar las horas de estudio, presentar exámenes, escribir proyectos, etc…
Otro ejemplo puede ser el de viajar.
Siempre he querido ir a Japón, pero para lograr este objetivo, necesito planificar objetivos pequeños: ahorrar (el más importante), buscar la mejor temporada, comprar el ticket, reservar el hotel, investigar los mejores lugares para visitar en la ciudad, etc…
Otro ejemplo más específico de la vida diaria puede ser el querer adquirir el hábito de la lectura.
A lo mejor y uno planifica leer una hora diaria, pero después de una semana te das cuenta que no has leído nada, o que a duras penas leiste 20 minutos.
Aquí sería de pensar si ha pasado mucho tiempo desde la última vez que se leyó un libro, lo más probable es que tenga dificultades porque me cuesta concentrarme o me distraigo con las notificaciones.
Un plan seria, si quiero leer más, en vez de comenzar con una hora diaria, se podría comenzar con algo pequeño, 15 minutos una semana, la siguiente semana 20, y así sucesivamente hasta lograr la hora diaria.
Esto se aplica a la gran mayoría de los objetivos, con pasos de bebé, objetivos pequeños que nos irán llevando al objetivo final.
Ser constantes es muy importante, pero también respetar el horario que uno se propone.
No tiene sentido hacer todo un plan de pasos pequeños si no se cumplen.
Esto me paso mucho y luchó siempre por respetar el horario y seguir mi plan de pasos pequeños, pero sobretodo de no olvidarme que se requiere constancia y paciencia.
Hay objetivos que se pueden tardar 5 años, 10 años o toda la vida, pero la clave está siempre en perseverar en lo pequeño.
Si sientes que te falta motivación, te invito a leer mi publicación anterior ¿Qué hacer cuando te sientas desmotivada? .