¿Qué hacer cuando te sientas desmotivada?
Ojalá y tuviera la respuesta a esta pregunta, y que después de haber investigado tantas veces, al final la mayoría coinciden en dos cosas:
No esperes a que la motivación llegue.
Haz lo que tengas que hacer.
¿Por qué no esperar a que la motivación llegue?, porque no siempre llegará.
Y a qué me refiero con motivación, pues a ese QUERER hacer las cosas, a ese SENTIRNOS INSPIRADOS, ya sea para escribir, trabajar, estudiar, pintar o hasta leer.
Es ese IMPULSO que uno siente que te motiva a hacer algo y estás feliz, y no importa cuanto cansado se esté.
¿No te ha sucedido alguna vez eso, que cuando tienes un objetivo que te motiva a hacer las cosas, lo haces asi estes agotado?
A mi me pasa bastante, y es fácil caer en la tentación de querer esperar esa motivación para sentarte a hacer las cosas.
Y ese hacer las cosas, también me refiero a esas actividades que realmente no inspiran nada placentero: como el limpiar, cocinar, hacer las compras. (Bueno, al menos para algunos)
Si, esa es otra realidad, el cuidado del hogar no es muy motivador, pero es necesario hacerlo, y no solo para tener la casa bonita y limpia, más porque al final nos sentiremos satisfechos y contentos de haber hecho algo que nos puede costar.
Es haber logrado una pequeña victoria, que si somos constantes, nos ayudará a mantener ese hábito y más adelante a ser capaces de hacer cosas más grandes.
Pero volviendo al tema, es importante, y lo puedo decir desde mi experiencia, que no nos quedemos sentados hasta que llegue la motivación o en otras palabras, a ese TENER GANAS DE, porque no siempre tendremos ganas.
También hay que tener en cuenta que a veces nuestros sentimientos dominarán sobre nuestra voluntad y nos vendrán pensamientos como, estoy cansada, no tengo ganas, mañana lo hago, estoy triste… y automáticamente buscamos el placer inmediato, por ejemplo, en una película o en una serie en Netflix.
¿Y qué puede pasar cuando esperamos la motivación?, que el tiempo se nos va de las manos, nos lamentamos y perdemos de vista nuestro objetivo.
Y ahora voy al segundo punto, haz lo que tengas que hacer.
No importa que no tengas ganas, que no estés inspirado o motivado. Simplemente hazlo.
Al final te sentirás más satisfecho después de haber logrado una pequeña victoria, y sin darte cuenta, te sentirás motivado a continuar, porque te sentirás bien contigo mismo y orgulloso de que has podido hacer o terminar aquel deber.
Las pequeñas victorias ayudan mucho a que uno sea capaz de realizar grandes victorias.
Las cosas hay que hacerlas, sin darle mucha vuelta con el pensamiento. Ayúdate con un horario, con un To Do list, pero no dejes de hacer tu deber.
Créeme, te sentirás mal contigo mismo y eso te ”motivará” (la ironía) a posponer y atrasar las cosas, y después será peor.
De este tema se puede hablar todavía mucho más, y hay también estrategias que pueden servir para ayudarnos a ser productivos y/o sentirnos motivados.
Más adelante escribiré otra publicación con algunas estrategias que pueden ayudar cuando uno se siente desmotivado.
Lo que puedo adelantar es, poner en algún lugar visible alguna frase que te ayude y que te inspire a hacer las cosas aunque estés cansado o sin ganas.
Y por último, no te compares. Todos somos distintos, algunos se les hace más fácil estar motivados y a otros no. Y está bien, esa es la belleza y la grandeza del ser humano: que todos somos distintos, únicos e irrepetibles.