Vivir nuestra Historia
¿Alguna vez te ha pasado que de repente vives la historia de otra persona?.
Hoy en día, la tecnología ha evolucionado tanto que ha permitido que podamos compartir nuestras vidas a través de las redes sociales.
De pequeña me parecía una fantasía, y casi imposible, que la tecnología pudiera avanzar tanto como hoy en día lo ha hecho, y sobre todo, que pudiéramos tener la oportunidad de hacer videollamadas.
Pero no solo esto, podemos compartir nuestras vidas ¡en vivo!, y crear vídeos cortos divertidos o videos más sofisticados en donde compartiremos un interés personal y en donde podemos crear una comunidad.
Es verdaderamente increíble lo que podemos hacer en internet, pero creo que también a veces nos olvidamos de nuestras propias vidas.
Es muy fácil perdernos de video en video, en las historias de instagram, en tik tok, youtube y en tanto más que hay a disposición para nuestro entretenimiento.
Pero a veces me da la sensación que estoy viviendo la vida de otros y no tanto la mía, que consumo una cantidad de tiempo bastante significativa en las redes sociales y no me doy cuenta que yo también tengo una vida y prioridades que hacer.
Con esto no estoy diciendo que las redes sociales sean malas, son buenas, porque entretienen e informan, pero a veces me pongo a pensar si le dedicamos más tiempo que el que deberíamos, y más bien, vivir nuestra historia.
Todos tenemos una historia que contar, una historia que vivir y que es única e irrepetible.
Tal vez pensemos que la nuestra no vale la pena o que es aburrida, pero no es asi, tu historia y la mía son igual de importantes y por eso vale la pena vivirla y hacer de ella nuestra gran aventura.
Está bien de vez en cuando dedicarle tiempo a las redes sociales, pero con moderación y conscientes que al final de cuentas, detrás de la cámara, esa persona también tiene su historia.
Vivir nuestra historia es darle a nuestras vidas la importancia que se merece, es tomar en serio nuestras metas y objetivos, es valorar nuestro tiempo y respetar nuestras prioridades.
Vivir nuestra historia es apreciar cada momento de nuestro día a día, es levantarse después de cada caída y es tomar control de quienes somos y lo que queremos.
Sin emoción no hay aprendizaje, esto es importante tenerlo en cuenta, porque va marcando nuestra memoria a través de la experiencia y porque nos enseña a interpretar cómo nos sentimos en los distintos momentos de nuestra vida.